miércoles, 9 de noviembre de 2011

ME IMPORTA UNA MIERDA... EL PERIODISMO DEPORTIVO ESPAÑOL

Ya de mano, el título de este post es incorrecto por cuanto no existe lo que se podría denominar “Periodismo deportivo español”. Ningún término de los tres es correcto y paso a desgranar la razón.

Para comenzar, un periodista se define por su capacidad de recolectar, sintetizar y ordenar la información recurriendo a fuentes veraces. Es por ello que el periodista (no ya el buen periodista o el periodista de investigación), una vez obtenidas varias noticias, debe ser capaz de determinar cuáles son las de mayor relevancia y debe informar al espectador de cara a que este reciba datos veraces e importantes. Por otra parte, en el trabajo periodístico, la noticia ha de ser de capital importancia, de modo que el informador quede en segundo plano. Esta forma de trabajo ha sido devorada por la prensa rosa, la cual pasó de informar sobre las vivencias de la gente de la realeza y la farándula, a narrar la vida y milagros de personas de escaso interés social y fácilmente manipulables. Con el paso del tiempo, esta gente “de la calle” ha pasado a ocupar sitio en las tertulias del corazón tras su paso por programas de dudosa calidad o tras polémicas más o menos sonadas. De esa manera el narrador se convierte en parte de la noticia y la información se autofagocita, mostrándose en directo las penas y alegrías de princesas de barrio y gorilas de escasa capacidad verbal.  Lo mismo tiene lugar en el mundo del deporte. Del periodista austero en palabras, informador anónimo que escondía su personalidad tras la hoja de resultados y la tabla de la quiniela, hemos pasado a auténticas vedettes que no dudan en caer lo más bajo posible en aras de obtener unos minutos de fama. De esta manera las tertulias futbolísticas (que no deportivas) que llenan la televisión, muestran una desoladora ausencia de protagonistas de ese deporte, los cuales muchas veces acuden al programa para ser ninguneados o directamente insultados por personas que, evidentemente, en conocimientos de la materia no les llegan a la suela de los zapatos.

La segunda palabra, “deportivo”, es quizá la más falsa de todas. En los medios de tirada nacional o televisiones con emisión en todo el territorio español, el grueso de la información es dedicado al fútbol, obviamente el deporte mayoritariamente seguido en este país. Pero eso no es razón para que la diferencia de tratamiento de un deporte y los demás sea tan escandalosa. En el diario As, ayer, de 38 páginas, 28 son dedicadas al fútbol, 3 a televisión y a la chica del As (que suele ir acompañada de una columna futbolística) y 7 al resto de deportes. No es el caso más sangrante. Habitualmente, en el espacio informativo de Cuatro, existe un apartado deportivo de prácticamente una hora, donde el espacio destinado a informar de otros deportes suele durar escasos minutos, centrándose en accidentes ocurridos en la NASCAR, pelotazos recibidos por jugadores de la liga de Beisbol americana y caídas varias, como si se tratara de Videos de primera. Luego dan paso al fútbol que ocupa la casi totalidad de la programación. El caso sangra más por cuanto si buscas en el Google, deportes Cuatro, te encuentras con esta entrada.
Parece que informa de todo, pero no es así
Pero cuando te metes en la página, y podéis mirarlo aquí, no aparece ninguna noticia, al menos hoy, y no creo en las coincidencias, que no se relacione con el mundo del balompié. Con esta dedicación exclusiva, no solo se desvirtúa la información deportiva, sino que la escuela periodística relacionada con otros deportes apenas existe, causando que profesionales auténticos como Paloma del Río, voz del patinaje o la gimnasia desde los JJOO de Seúl, siempre educada, profesional y conocedora de lo que está retransmitiendo, o el fallecido Pedro González, voz respetada del ciclismo español, queden sin sucesores claros y se perpetúen en su puesto ante la ausencia de jovenes periodistas de nivel. Ambos son ejemplos de los escasos periodistas competentes, profesionales y serios, que informan desde el casi anonimato, convirtiendo con su mera narración, un evento deportivo en algo más interesante, sin necesidad de utilizar una fanfarria de chascarrillos y estupideces, en ocasiones acompañada de un exceso verbal y ¿etílico?

Por último analizar el término “español”. En una época de bonanza para el deporte español, las portadas dedicadas a deportistas nacionales son escasas. Salvo alguna meritoria victoria olímpica o la presencia de Nadal, Contador, Alonso y los chicos del baloncesto, las portadas de los diarios de tirada nacional se dedican al fútbol, el cual ha tardado en traer alegrías en forma de títulos obtenidos por la selección nacional española. Estas directrices cambian, cuando hay una polémica que puede dar dinero. En ese momento todos se suben al carro, pero primero bajando del mismo su integridad como personas.
Abanderada, yonki y héroe en tres portadas
De esta manera, lanzan a los pies de los caballos a la misma persona que ensalzan días después, sin investigar, atender a su inocencia mientras no se demuestre lo contrario o simplemente portarse con honradez y no tratar de vender su alma al diablo a un euro el periódico. Sin embargo éste es el caso excepcional en cuanto a información no futbolística. Por ejemplo, en agosto de 2008, durante las olimpiadas, momento en el cual, lo más normal era dedicar un amplio espectro de la información a lo que sucedía en Pekín, nos encontramos con esto en el diario MARCA. Para el que no quiera contar, de 31 portadas, 20 son para el Real Madrid, y eso que el 20 de agosto tuvo lugar el accidente de Barajas y tuvieron la decencia de dedicarle una portada. Para el que no lo sepa, MARCA no es un diario madrileño, sino de tirada nacional y con alrededor de un millón de ejemplares vendidos cada día ¿Significa este dato que toda España es del Real Madrid? Todo podría indicar que sí. Las tertulias balompédicas de Punto Pelota o Futboleros se centran en el Real Madrid, pese a la hegemonía actual del Barcelona, demonizando al club catalán e invitando, en aras de la pluralidad, a un periodista culé, al que sueltan (con la complacencia de éste) entre los tigres merengues. No es un gran peligro para el espectador, el que no quiera, con no ver esos programas ya está salvado. Sin embargo el dilema no se restringe a dos periódicos o dos programas de televisión. El problema surge con la saturación de información sobre el club blanco en radio y telediarios, que habitualmente abren su información deportiva con datos, a menudo irrelevantes sobre este equipo. Ha llegado a tal nivel la saturación, que en muchas ocasiones, los aficionados al fútbol, nos encontramos portadas en las que se celebra la derrota de un equipo español, por la única razón de que ha sido a manos del antiguo capitán madridista, Raúl González, el cual, por tanto, gana en importancia y relevancia a todo un Valencia, meramente por su pasado en el club de Concha Espina.
Por cierto que en el Schalke juegan dos españoles más como Jurado y Escudero, los cuales, por lo que se ve, no importan a nadie
En definitiva, harto de este tipo de información sesgada, partidista, que ningunea a la plana de aficionados, no solo al fútbol, sino al deporte mal llamado minoritario, ya que es la propia prensa la que disminuye la atención sobre prácticas deportivas realmente hermosas, solo me queda remitirles al título de esta entrada.

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