Hace tiempo que no escribo nada sobre comics ni cine. El hecho es que ante mi cercana mudanza a los Estados Unidos me estoy deshaciendo de carga y por esa razón muchos de mis comics se encuentran en cajas a la espera de trasladarse a un húmedo y frío trastero (¡sniff!). Tampoco estoy adquiriendo nuevo material. En referencia al séptimo arte, mucho hace que no veo una película que me estimule o me llame a escribir sobre ella.
Así que vuelvo a un tema recurrente que es el Sporting, mi Sporting del alma que se encuentra en una situación preocupante, en la cola de la primera división española y con pocos visos de recuperarse de manera inmediata. Ya he hablado sobre la
plantilla de este año y en su momento
reconocí que no me inspiraba una gran confianza de cara a la temporada. Sin embargo, de peores atolladeros se ha salido y siempre queda un residuo de esperanza para este club. Las críticas que tachan a algunos jugadores como Morán y Carmelo, de poco menos que residuos desechables, me ha llevado a pensar que yo he vivido esta situación antes y que en este ya más que centenario club han aparecido y han jugado algunos futbolistas de esos que nadie es capaz de explicar cómo acabaron aquí.
Sería más inspirador hablar de Joaquín, Quini, Ablanedo, Lediakhov, Luis Enrique y demás, pero he de reconocer que a veces es mucho más divertido hablar de los auténticos pufos que ha tenido este equipo. Como esta labor podría ser inabordable, he decidido hacer una plantilla de veintidós pufos. Veintidós jugadores que surgieron de los ochenta en adelante (de los anteriores no puedo hablar por desconocimiento) y que viéndolos sobre el césped, resulta imposible determinar que méritos contrajeron para acabar jugando a la orilla del Piles. Por respeto no he utilizado a nadie de la plantilla actual, pero hay algunos que a lo mejor se merecerían ir aquí.
PORTEROS. Para esta demarcación me quedo con:
Passaggio. Un portero argentino que trajo Cantatore y que no jugó nunca. A veces ni en los entrenamientos. Parece ser que parte de su Currículum era mentira y que nunca fue profesional. Bueno, un año sí, en el Sporting.
Lekovic. Internacional con Yugoslavia, llegó el año del descenso. Un año difícil del que es complicado salvar a nadie. Tuvo su oportunidad e hizo el ridículo. Daba la sensación de que más que tirarse, se dejaba caer.
DEFENSAS. Como en la actual plantilla, pocos defensas, pero de mucho nivel.
Cristaldo. El boliviano llegó el primer año en segunda y demostró que lo del fútbol no era lo suyo. Recuerdo escuchar a Manfredo decir que no había visto a nadie pegarle tan mal al balón.
Colin. El hombre del Ajax. Menudo pufo. En el Bernabéu, un amigo me preguntó si aquel chaval era jugador de fútbol o voleibol. Un futbolista lamentable.
Trotta. Avalado por un pasado exitoso, Trotta llegó desde la Roma al Sporting más desastroso de la historia. Aparte de llamar “Ruso de mierda” a Cherishev, no hizo nada más.
Ángel Pérez. “La Bestia”. No jugó nada más que en copa del Rey. La única vez que le vi, daba la sensación de abusar de los donuts y demás productos d bollería industrial.
Otero. Iván Otero era nefasto como central, pero encima era leñero y torpe. Debutó el año del descenso e hizo el ridículo como el resto del equipo.
Vermezovic. Pese a ser internacional con Yugoslavia, aquí no se comió un colín y demostró que ser yugoslavo no significa obligatoriamente ser un buen futbolista.
MEDIOS. Allí donde se gesta el fútbol de un equipo hay que acumular el máximo de calidad.
Pedro. El gran Pedro Santa Cecilia. Corrieron todo tipo de rumores sobre cómo había llegado al primer equipo del Sporting. No los voy a exponer aquí, pero claro está que nadie entendió sus méritos. Lento y malo hasta decir basta.
Maldonado. El andaluz vino como estrella y se apagó rápidamente. No demostró nada de nada. Le marcó al Barcelona en el año de la vuelta a primera. Vago e indolente.
Souza. El brasileño vino a sentar a Hugo Pérez por petición de Floro y acabo largando al entrenador que lo trajo. Malísimo. Lo presentaron como el nuevo Mauro Silva. Creo que fue internacional una vez por Brasil.
Rodrigao. Otro mago del balón. En su presentación comentó que de haber jugado en Brasil en lugar de en la liga portuguesa, habría sido internacional. Supongo que se refería al parchís. De fútbol nada.
Takis. Ídolo total. Decían que era un lanzador de faltas mágico. Aún jugando poco, dio el pase en la copa frente al Zaragoza. Además de malo, el hombre era feo con ganas.
Kosolapov. Un crack. Decían que era el eje de la selección rusa. Supongo que era el que llevaba las camisetas. Metió un gol en su debut en Mallorca y adiós Kosolapov. Horroroso.
Álvaro. Llegó de Compostela en el 2003 como posible extremo de futuro. Todavía le están esperando.
Poyatos. Vino desde Valencia a jubilarse y llevarse una pasta. Malo con avaricia, aquí hizo el ridículo absoluto.
DELANTEROS. Muchos y muy buenos han pasado por el Sporting. Ninguno de ellos aparece aquí.
Ronald Gómez. La bala de Costa Rica. Le marcó un gol al Sevilla (creo) tirando una falta desde el medio del campo en una cantada enorme del portero. Otra obra de arte del iluminado Floro.
Popovic. Para mí, el peor delantero que he visto. Tenía chepa y una panza como la mía, vamos no me jodas.
Luna. Otro más para Floro. Vino a sustituir a Salinas. En el Albacete parecía un delantero decente. Menudo clavo que nos metieron los manchegos.
Kucharski. Un ídolo. Marcó un gol al Salamanca que dio una de las dos victorias del año del descenso. Desde la línea de gol, y para empujar, casi la tira al Piles.
Karanka. Recuerdo una guía MARCA en la que venía como la figura del Murcia que ese año jugaba en primera. Es la demostración de que los que escriben en MARCA no saben mucho de fútbol.
Da Silva. Adauto llegó para triunfar y se fue a Chequia cagando melodías para dejar paso al Guaje Villa. El Sporting mostró habilidad para fichar a los únicos brasileños que no sabían jugar al fútbol.
ENTRENADOR. Es fundamental un motivador, un genio de la táctica, un maestro que guíe a sus jugadores.
Aad de Mos. Iba a poner a Floro, Montes o a Braojos, pero es que Aad de Mos era un genio. Estaba como unas maracas. El delantero que marcaba se iba para la grada. Rotaciones masivas sin razón alguna. Cambios de sistema enloquecidos, y todo cobrando un pastón. Un ídolo.
Tras observar este batiburrillo de nombres y aplicando el sistema utilizado habitualmente por nuestro entrenador actual, me atrevo a proponer la alineación más horrible de la historia del Sporting.
Espero que sirva para ver, que no cualquier tiempo pasado fue mejor y que siempre existe la posibilidad de ir empeorando, aunque ahora parezca difícil.