sábado, 7 de julio de 2012

EL ÚLTIMO BOY SCOUT


Seguimos hoy con la sesión de cine, única forma de soportar el inesperadamente duro verano Buffaleño. Hoy un clásico de los 90, “El último boy scout”. Esta película responde a todos los clichés que hicieron grande al género de acción de la década. Por ejemplo nos encontramos con Bruce Willis, icono de aquellos momentos y al hermanísimo de Ridley Scott, Tony Scott tras la cámara. Si a esto le sumamos un guión de Shane Black, conocido por ser el tipo de los chistes en “Depredador”, el guionista tras “La jungla de Cristal” y el futuro director de “Iron man 3”, y la aparición de nombres importantes del panorama actual como Halle Berry o James Gandolfini haciendo papeles pequeños (minúsculos en el caso de la estrella de “Los Soprano”), ya tenemos medio cóctel hecho.
Así debería haber empezado Catwoman
Solo nos queda añadir la atmósfera, marcada por la siempre bipolar imagen de la ciudad de Los Ángeles. En estos años noventa llama la atención como los planos de exteriores están inundados por una neblina permanente que difumina constantemente la iluminación. Por otra parte, cuando pasamos a interiores, llama la atención como el sol corta a través de las ventanas creando una atmósfera malsana de calor y humedad.
Tonos azules y neblina. Seña de identidad de la época
Para culminar dicho coctel de gran cine de acción de los noventa solo faltan los personajes. Willis pone cuerpo y figura a ese tipo al que Joaquín Sabina envidiaba en su canción del Pirata Cojo. El detective en apuros y empapado en alcohol Michael Hallenbeck, con una vida envidiable que le lleva de ser el guardaespaldas personal del presidente a odiado por todos, es el eje de la trama, el héroe duro como una roca y con la frase perfecta, inasequible al desaliento y los golpes y con sempiterno cigarro en los labios. A su lado intentan ponernos a un tipo con escaso carisma como es Damon Wayans. El típico cliché de las parejas que se llevan a matar pero deben luchar juntos hasta llegar a tener una amistad a prueba de balas. El cine de los noventa nos mostraba este tipo de relación que parece perdida con el pasar de los años. La pena son los malos, sin carisma y con un sicario que recuerda a una versión joven del periodista José Oneto, con lo que os podéis imaginar el respeto que impone.
El parecido razonable de hoy
Aunque mi mujer me riñe por no entrar a fondo, mejor que contar la trama o el guión, me parece elogiar las virtudes y características de estas obras de entretenimiento. Broncas de bar, strippers, cigarros, escopetas, matones que aparecen y mueren rápidamente, durezas a mansalva, chistes malos, palabrotas, planos cortos y tapacubos que salen volando en cada curva. El decálogo de lo que se le debe pedir a una película palomitera de aquella época.
Solo queda la flagoneta del Equipo A y ya tienes lo mejor de los  ochenta y los noventa junto.
Por cierto y volviendo al principio. Como he dicho, Shane Black va a dirigir “Iron Man 3”. Dada la tendencia de Black a incorporar a personajes con enorme propensión a aparecer con una copa en la mano, ¿Veremos por fin a un Tony Stark enfrentado de verdad a sus demonios personales? Tras la floja segunda parte del vengador dorado, pero dado el talento para interpretarlo de Robert Downey Jr, no puedo más que esperar a ver qué pasa en esta película. Solo faltaría que saliera Bruce Willis.
Así se vestía Tony Stark en los noventa

2 comentarios:

  1. "El cielo es azul, el agua moja y las mujeres tienen secretos .... Sonríe cabrón, nadie te soporta" ;) UN PELICULÓN! :p

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    1. Es una peli repleta de frases absolutamente míticas. Creo que la escribieron juntando solo frases de ese estilo.

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