martes, 4 de febrero de 2014

EL FÚTBOL, LA VIDA Y EL CONCEBIDO NO NACIDO

 

Todo en el vasto universo tiene un origen microscópico. Un microcosmos da lugar a una galaxia completa. Suma un electrón, un protón, algún neutrón y la materia comienza a dar forma a un universo macroscópico donde todo está interrelacionado.

Pero no solo desde el punto de vista físico puede hacerse una escala. Como decía Napoleón, desconocer tu historia te condena a repetirla. Porque todo son ciclos, vueltas sobre el mismo eje, repeticiones y amplificaciones que surgen, como las ondas en el agua, de un origen común y estable desde el que todo lo que nace volverá allí.

Es por ello que no deja de resultarme llamativo el crujir de dientes, el arrancarse la camisa, el tirarse de las barbas de muchos ante las acciones de un gobierno que, por lo que parece, eran y son tan inesperadas que pese a verse venir desde tiempo atrás a algunos les ha pillado a pie cambiado.
Eso es porque no tienen ni idea de fútbol.

En el año 2003 el Real Oviedo desciende a tercera división sumido en un caos económico, deportivo e institucional de proporciones desastrosas. La desaparición del club llegó a plantearse pese a que en aquel momento la ciudad era dirigida con puño de hierro por Gabino de Lorenzo, alcalde del Partido Popular que había prometido el oro y el moro a la fiel afición oviedista, votantes, que no es poco. Pero Gabino cambió de idea y sobre la marcha gestó, auspiciado por un poder que superaba los estamentos políticos, la creación de un nuevo club representativo de la ciudad borrando para ello las señas de identidad de un histórico como el Astur. El Oviedo ACF estaba en marcha.
 
Escudo del Oviedo ACF

Así fue como el viejo y decrépito equipo, desahuciado y tocado por la varita de la pobreza y el infortunio, era apartado a un lado sin miramientos, arrojado a la cuneta y olvidado pues el que no produce no interesa para el ideario de la derecha. Mientras, el concebido y no nacido ACF tenía todas las ventajas que al veterano de mil guerras se le negaban. Acuerdos institucionales, dinero a espuertas y todos los parabienes posibles para un club destinado a altas cotas. Pero el embrión venía en mal estado y el Oviedo ACF nunca conseguiría despegarse esa etiqueta de segundón indeseado. El fracaso vital del equipo que nunca debió nacer llevó a los padres de la criatura, el gobierno local del PP, a poner punto y final a la inyección de dinero que mantenía al ACF con vida. Parte de ese dinero me pagó a mí.
 
Así me sentía yo

La historia de cómo llegué a colaborar con las fuerzas del orden público es simple. Al crear un equipo de la nada y colocar dos gallos en el mismo gallinero, los conflictos locales dejaron a un lado al viejo y querido/odiado Sporting para centrarse en una batalla por la supremacía ovetense dentro de la triste y depresiva tercera división asturiana. Los ánimos estaban caldeados y la seguridad en los encuentros a jugar por el Oviedo ACF requería de mano de obra mercenaria y amiga del dinero fácil. Así que allí me fui, presto y dispuesto a ganarme 50 euros cada fin de semana por el mero hecho de ver un partido de fútbol. Habitualmente mi labor consistía en acompañar al equipo visitante desde el vestuario al campo y vigilar una de las puertas del Hermanos Llana para que no se colase nadie. Al final me sentaba a comer pipas y a ver los partidos mientras escuchaba al Sporting por la radio. Pero parece que mi labor alcanzó cotas excelsas, así que en uno de los encuentros se me requirió para vigilar los accesos al palco ocupados por Antón, otrora icono del Oviedo de boina ahora vendido al moderno enemigo, y el antes mentado alcalde don Gabino de Lorenzo. Se me comentó la posibilidad de que indeseables comprasen su entrada para venir a declarar sus opiniones al gestor local y se me requirió que tal expresión de la voluntad pública fuese impedida a cualquier precio. Cabe decir que no pasó nada y nadie vino, lo cual agradezco pues no soy yo muy partidario de interponer mi descuidado físico entre el de personas que vienen de mala leche y personas que me importan un pimiento. Sin embargo, sirva esta anécdota como descripción de que yo fui uno de los primeros exponentes de eso que se va a dar en llamar “Ley de seguridad ciudadana”, consistente en proteger la seguridad de unos ciudadanos (habitualmente ricos y poderosos) a cambio de la libertad de otros (recién salidos de su casa con lo puesto y una opinión).
 
Eran otras épocas en las que yo estaba más en forma y más moreno

El tiempo pasó y el concebido no nacido ACF demostró que sus malformaciones podían con sus ganas de vivir. Recibido con alegría y regocijo por los que apoyaron su derecho a existir, con el paso del tiempo se encontró solo y abandonado en cenagal, incapaz de sobrevivir sin ayudas a la dependencia. Ya se sabe que dependiendo de quién dependas dependerá tu destino y el final del ACF estaba marcado a fuego en el libro de familia. Abandonado por los que le forzaron a nacer, el ACF cayó en el olvido salvo por el amor de los incondicionales del que un día fue el Astur CF, un clásico asesinado a sangre fría por los defensores de la vida.
 
Al final, el político "enrollao" te la mete "doblá"

De esta manera, cíclica y eterna, en cualquier ámbito, en cualquier condición, se pueden ver las ideas de la derecha española, consecuente siempre con unas pautas incuestionables e inmutables (para ellos). Siempre han sido así y siempre lo serán. Al contrario que en otras ideologías, los conservadores, como la propia palabra indica, conservan contra viento y marea sus principios inmutables y los aplicarán con fiereza y sin pensar en las consecuencias, en las voces en contra, en la masiva opinión de cuantos no ven lógicas determinadas posturas e imposturas. Lo harán porque ha sido así siempre. Hasta en el fútbol.

Por eso he de seguir dándole la razón a Bill Shankly, el mito del Liverpool, que solía decir lo siguiente: "Algunos creen que el fútbol no es solo una cuestión de vida o muerte, pero es algo mucho más importante que eso" Es cierto. Es una extensión de la vida y la muerte, un reflejo del día a día, una narración de lo que vino, lo que está y lo que vendrá. La pena es que la ley del aborto, la ley de dependencia y la ley de libertad ciudadana saldrán del campo de fútbol y ahogarán a todos, sean del Oviedo, del Sporting, del Caudal o del Lenense.

¿He dicho a todos? Quizá me equivoco. Algunos como ocurrió en su momento con Gabino de Lorenzo, siempre encontrarán la forma de protegerse de estos problemas. Hallarán a alguien que les permita encontrar ese resquicio a la legalidad vigente y al mismo tiempo pondrán muros de piedra y hormigón entre ellos y la chusma sujeta a las leyes mundanas. En su momento compraron mi barata voluntad por veinticinco euros la hora. Esta vez que no cuenten conmigo.
Uno tiene su ética y sus principios

7 comentarios:

  1. No sabía yo de ese pasado oscuro azul tuyo....

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    1. Todos tenemos un pasado oscuro. Tú estabas presente cuando me hice la foto cambiando camisetas con Felpeto. El azul nunca me sentó bien. Un abrazo.

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  2. Sabias palabras. Un país donde la izquierda es derecha y la derecha ultraderecha a las órdenes del opus dei. Mierda para todos ellos.

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    1. Un día la derecha, de tanto girar a la derecha, va a dar la vuelta al globo y Rajoy va a dar un mitin pontificando a Fidel Castro. Al tiempo.

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    2. Jajaja...no me extrañaría nada.Los dos barbudos igualicos, igualicos.

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  3. Aún recuerdo aquellos momentos gloriosos del Oviedo con jugadores como Oli en sus filas. ¿Se podría decir que un Oviedo vs Sporting es como un Barcelona vs Español o había menos ira entonces? Me he ido enterando en mis lecturas que eres forofo del Sporting, que para mí es uno de aquellos equipos que me causan simpatía por su historia y me alegro de que estéis ahí tocando primera. Me acuerdo del portero Ablanedo, muy mítico y eso que soy culé y oriundo de aquella comunidad "autónoma" que nadie quiere XD pero me quedó muy marcado ese portero sin explicación. Un saludo!

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    1. Oli, qué señor. Podría escribir un post sobre el único jugador odiado igual en Oviedo y en Gijón. Un Oviedo Sporting era una batalla campal de sentimientos. Antes del partido una semana sin hablarte con los compañeros de clase y después una semana de burlas recibidas o infligidas, qué tiempos. Ablanedo era un icono y, en su mejor momento, el Barcelona nos ofreció 200 millones y a Unzué a cambio de Ablanedo, pero no se hizo el negocio. Lo llegó a tener hecho con el Atlético de Madrid (supuestamente) y en la radio se hablaba (era yo muy niño) que su recambio podía ser el loco Jean Marie Pfaff. Qué cosas. Ante lo de comunidad autónoma que nadie quiere, me temo que es un mal endémico de la meseta central. En Madrid y alrededores viví una catalanofobia que para mí era absolutamente novedosa y que no he vuelto a ver. Yo de Cataluña solo tengo buenos recuerdos y la bella imagen de playas, caipiriñas y un trato cercano y cordial, tanto en Barcelona como en las zonas turísticas. Yo soy asturiano y lo llevo como un honor. No sé porque a nadie debería molestarle que la gente se sienta española, catalana, murciana o manchega. Al que le moleste que se rasque. Fin de la cita.

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