domingo, 9 de febrero de 2014

EL SAN MARTÍN DE LA INFANTA

No quería ni era mi intención convertir este blog en algo centrado en temas importantes. Nació como sitio donde exudar mi tiempo libre con toda comodidad. Creció dedicado a las innumerables bellezas que da la vida. Ver un partido sentado en el sofá, disfrutar una buena película o leer un magnífico comic fueron en su momento mis objetivos vitales, mis placeres mundanos a disfrutar. Yo solo quería compartir un algo de esos placeres. El problema es que me hago mayor. Mi padre, al que siempre he escuchado más de lo que parece y menos de lo que él quisiera, me comentó de chaval que cuando te haces mayor todo disfrute infantil pierde significado. Las navidades dejan de ser regalos y juegos y los cumpleaños ya no son soplar de velas y sonido de serpentinas. Incluso me cuesta levantarme del sofá e ir a jugar al fútbol con la alegría con la que solía hacerlo. Es el regalo de la vejez aprovechar el tiempo de la peor manera retozando en la amargura y la cara oscura de la vida. Te quejas del trabajo, del dinero, de la nómina, de hacienda, de la espalda, de lo que está salado en la comida, de lo frío de un helado. Te quejas y no disfrutas de la misma manera. Es por ello que el encabezado de este blog debería pasar del infantil “Fútbol, comics, películas y mucho más” a un más maduro y oscuro “Injusticias, política y mierda variada”.

La nueva imagen del blog
Y me cuesta hablar de estos temas. Ojalá pudiese escribir sobre la segunda parte de "Thor", los excelentes personajes de "Justified", el magnífico descubrimiento de la serie de “Ojo de Halcón” de Fraction y Aja, pero no. El cuerpo adulto, robusto y engordado que esconde al esbelto y joven atleta que fui me empuja a hablar de temas que desconozco y sobre los que debería callar ¿Qué sé yo de Hacienda, derecho, fiscales e Infantas? Nada. El problema es que lo que sé me hace enfadar, y mucho.
Cuando me encabrono se me entiende peor que a Donald
Concédanme que a lo mejor me equivoco en apreciaciones, pero todo lo que rodea a la cantinela del caso Nóos me parece un insulto a la elegancia y la inocencia del pueblo. Porque yo soy hombre de pueblo, de calle, de ir a la tienda en vez de al “súper”, de balón contra la pared y tiza en el suelo en vez de píxeles y polígonos. Así que todo lo macrosocial me lo llevo a mi insignificante parcela y lo analizo desde lo que me es cercano para que así, lo lejano, no me resulte tan incomodo.

Esto es una portería y lo demás cuento
La llegada de la realeza a las calles y juzgados que pisamos muchos me recuerda al San Martín. A todo cerdo le llega su San Martín pero no todos los humanos han presenciado uno, y mucho menos participado. Yo he tenido a bien ser conocedor (no en profundidad) de los entresijos que tienen lugar durante el juicio sumarísimo a un noble animal como es el cerdo, y ¿saben ustedes una cosa?, el cerdo es inocente de cuanto se le acusa. Se le pasará a cuchillo, pero de manera injusta. Y el cerdo lo sabe. Por ello no se acerca al matarife con una sonrisa socarrona en los labios ni se plantea cual es el camino más cómodo para él (ella, pues suelen sacrificarse hembras porcinas por temas hormonales y de sabor), entre porqueriza y juzgado. El cerdo simplemente va, valiente a su destino pero sabedor que su final puede ser manifiestamente negro. Por eso no sonríe. 

"¿La infanta no sabe nada?, qué sorpresa"
Cuando llega y se enfrenta a su destino, los cuchillos largos se desenvainan y el cerdo mira a todas partes, pero nadie le defiende. Allí ni fiscales ni abogados le tenderán una mano. El juicio sumarísimo ya tiene un sumario realizado. Culpable por cerdo es igual a inocente por Infanta. Rajoy sabía que ella no iba a sufrir ningún problema igual que todos saben que el cerdo que se acerca al cuchillo tiene todas las de perder y es por ello que, visto para sentencia, el cerdo inocente chilla y la Infanta sonríe.

Ya digo. No tengo idea de derecho ni economía, pero cuando los DNIs se confunden, las facturas falsas se convierten en auténticas, los fiscales aplauden con las orejas y se trata de diferente manera a Ana Tejeiro y a Cristina de Borbón, me empieza a oler a pelo de cerdo quemado pero no oigo los chillidos del animal ajusticiado.

Será que el cerdo era inocente.

7 comentarios:

  1. Es injusto comparar a ese noble animal con esa fauna "humana". Tropecientas preguntas y contesta que no sabe, no le consta (esta se ha puesto de moda desde la aparición de los cuadernos de Bárcenas, esos que fueron fotocopias, fotocopias de fotocopias y después resulta que auténticos) o no se acuerda. A otro, el juez le diría: "Vaya, no se preocupe por no acordarse. El guardia le llevará al calabozo y cuando tenga algún recuerdo mínimamente claro nos avisa".

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    Respuestas
    1. A mí me llama la atención que esta señora con carrera y un puesto en La Caixa se muestre como una ignorante en todo lo que concierne a números y finanzas. Les gusta más quedar como tontos que como ladrones. Yo creo que al final parecen las dos cosas.

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    2. Cierto. Que son tontos (o más bien nos toman por tontos) está claro. Que son ladrones también. No es muy comprensible que con sus vidas de lujo a costa del contribuyente se dediquen a robar. Como en los partidos políticos. Siete años haciendo el bobo, a veces ni yendo a tu trabajo (escaños vacíos), todo pagado y después pensión máxima asegurada. Y aún así, robando hasta dejar el país en la puta ruina.

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    3. Toda la razón. De todas formas voy a intentar aparcar estos temas en el blog. En su momento dejé de escribir de fútbol porque solo escribía cuando me enfadaba. Ahora solo escribo cuando me encabrono leyendo el periódico. Voy a intentar ver el lado brillante de la vida y dejarme de pataletas de viejo chocho y cascarrabias. Total, a los que mangan lo que pueden se la suda manifestaciones de miles de personas, imagina si leyesen algo como esto, se partirían el ojete un mes.

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    4. Estaría bien que el mismísimo Frank Castle les hiciera una visita de cortesía. De nada les valdría el "Señor Castigador, no me consta, no me acuerdo".

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    5. Yo, antes que a Frank, me imagino a los chicos de Minority Report, los que detectaban los crímenes. En España no darían abasto, sería cada medio minuto "uno que roba", "otro que estafa"... la sede la tendrían en el congreso y así solo tendrían que señalar con el dedo y no habría persecuciones.

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    6. Jajaja. Excelente idea, señalados por los "precogs" antes de que puedan llevar millones de euros de dinero público a Suiza en billetes de 500. Lo de Castle estaría muy bien, pero ya sería a posteriori.

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